sábado, 7 de abril de 2012

Pan blanco casero


Mis andanzas como panadera casera empezaron hace muchos meses. Vivo a las afueras y no dispongo de una panadería cercana a la que poder ir dando un paseo, y la verdad, es que me da pereza coger el coche para ir a comprar pan. Normalmente, compro el pan en el supermercado y lo congelo, pero la mitad de las veces está quemado o poco hecho. Por otro lado, a mis hijos no les gusta el pan de molde industrial. Total, que me puse a hacer pan yo misma.

No disponía de ninguna máquina amasadora así que todo el trabajo lo tenía que hacer a mano. Algo muy reconfortante las dos o tres primeras veces, pero como yo siempre ando falta de tiempo, pronto me aburrí de mi hobby panadero (además que termina una cansada con el amasado, qué queréis que os diga!).



Y ahí quedó la cosa, hasta que hace un par de meses me hice con una panificadora de las que venden en Lidl. Sólo tienes que poner los ingredientes en la cubeta, pulsar la tecla del programa y ella solita lo hace todo! No te tienes que preocupar de tiempos de levado ni de que no se te queme el pan en el horno. Fantástica!

Desde entonces casi todas las semanas hago en casa distintos panes de molde. Hoy os pongo la receta básica del pan blanco. La saqué del libro “Pan” de Xavier Barriga, aunque yo le añado un chorrito de aceite de oliva.



PAN BLANCO (para un pan de 750 g)

500 g harina (no tiene que ser de fuerza, yo uso la de Mercadona normal, aunque con harina de la que te venden en la panadería sale más bueno)
2 cucharaditas de sal
300 ml de agua
5 g de levadura fresca (yo pongo 1/3 de los cubitos de levadura fresca que venden en Mercadona)
1 cucharada de aceite de oliva

  • Panificadora

El procedimiento con la panificadora es bien simple. Ponemos todos los ingredientes en la cubeta, empezando por los líquidos. Elegimos el programa 1 (Normal) que dura 3 horas, peso 750g, tueste medio (o como más os guste). Cuando el pan está listo, lo sacamos del molde y lo ponemos en una rejilla para que se enfríe.

  • Amasado a mano

Ponemos todos los ingredientes excepto la levadura y el agua en un cuenco. Vamos añadiendo el agua poco a poco al tiempo que mezclamos con la mano.

Cuando la masa ha absorbido toda el agua la sacamos del cuenco y la ponemos sobre una superficie enharinada. Iremos estirando y doblando la masa sobre sí misma repetidas veces hasta que la masa adquiera un aspecto liso. Es el momento de poner la levadura y un poquito de agua en el centro de la masa y seguimos amasando hasta que quede totalmente incorporada. Formamos una bola con la masa y la ponemos en un cuenco tapada con un paño húmedo y en un sitio cálido hasta que doble su volumen.

Pasamos a darle forma al pan. Podemos hacer unas barras, o meter la masa en un molde rectangular. Taparemos con un paño húmedo y dejaremos que la masa fermente, es decir, que doble su volumen de nuevo.

Precalentamos el horno a 230 grados C y colocamos en su interior un pequeño cazo con trapos húmedos (esto hace que durante el horneado se genere vapor y se forme la corteza del pan).

Con un cuchillo afilado, hacemos unos cortes en los panes y los metemos en el horno. Bajamos la temperatura a 200 grados C. Cocemos el pan hasta que esté listo (el tiempo dependerá de la forma y tamaño del pan). Para saber si está cocido por dentro, al golpear el pan por la parte inferior debe sonar a hueco. 

1 comentario:

  1. Lidia, eres mi primera nominada para un 'premio' de blogs pequeñitos en cuanto ambiciones, pero grandes en cuanto a trabajo en el background. Pásate por Entre cables y sartenes para ver cómo va. Besitos.

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